(Arriero en la Sierra de Almijara. Al fondo del cerro del Cisne, 1502 m.)
Los arrieros, sobre todo los pescateros que se llamaban "corsarios", hacían diariamente la la ruta de ida y vuelta. Acebumecha (Acebumeya) a Fornes y Jayena (Granada). Lo peor era cuando llovía que no tenían ropa de abrigo. La mayoría de los acciddentes era cuando llovía, por la caídas de las acémila: mulos o borricos, casi nunca usaban los caballos.
Para más información leer el libro "El cazador del arco iris", que se anuncia a la derecha.
Frasco, el Botanas, decía "El tiempo que lleve su ritmo, y nosotros el nuestro". Así que no le había caso al tiempo, tanto si llonía como si no llovía, como si hacía frio o carlo, u oscurecía a las 5 de la tarde.
El narrador es un vecino de Acebumeya, una aldea mítica de Málaga, que ha vuelto a la vida de los sentidos y al recuerdo de su biografía es un historiador ocasional que nos aproxima a los moriscos que vivieron en Acebumeya y Frigiliana del S. XVI, repasando la Guerra del Norte de África en el Rif y Melilla, la II República, la dictadura de Franco y la dura posguerra vivida por un Guardia Civil, el maquis, y la democracia de las luces en color. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com
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